Rocas arcillosas

Roca arcillosa en el lago Missoula (Montana, EE. UU.)

Las rocas arcillosas (o también rocas de fango; a partir del término inglés "mudrock") son una clase de rocas sedimentarias clásticas granulares, entre las que se incluyen arcillolitas, fangolitas, limolitas, lutitas, esquistos arcillosos y pizarras. La mayoría de las partículas que componen estas rocas son menores que 1/16 de milímetro (0,1 mm) y resultan demasiado pequeñas para estudiarlas fácilmente en el campo. A primera vista, estos distintos tipos de rocas pueden parecer bastante similares, aunque existen diferencias importantes en su composición y nomenclatura.

No existe un acuerdo unánime en relación con la clasificación de las rocas arcillosas. Algunos obstáculos importantes para disponer de una clasificación unificada son los siguientes:

  1. Son las menos estudiadas y peor comprendidas entre las rocas sedimentarias hasta la fecha.
  2. El estudio de las partículas que las constituyen es difícil debido a su reducido tamaño y a su susceptibilidad a la meteorización en los afloramientos rocosos.
  3. Y lo más importante, distintos científicos aceptan más de un esquema de clasificación.

Las rocas arcillosas constituyen el 50% de las rocas sedimentarias en el registro geológico y son fácilmente los depósitos más extendidos en la Tierra. Los sedimentos finos son el producto más abundante de la erosión, lo que contribuye a la omnipresencia general de este tipo de rocas.[1]​ Con el aumento de la presión a lo largo del tiempo, los minerales que forman la arcilla pueden alinearse tomando la apariencia de capas paralelas (fisibles). Este material finamente estratificado que se divide fácilmente en capas delgadas se denomina “esquisto arcilloso”, a diferencia de las “fangolitas”. La falta de fisibilidad o estratificación en las fangolitas puede deberse a su textura original o a la alteración del proceso de estratificación por parte de organismos excavadores presentes en los sedimentos antes de producirse la litificación.

Desde el comienzo de la civilización, cuando la cerámica y los adobes se fabricaban a mano, hasta ahora, los materiales arcillosos han sido importantes en distintas actividades. Sin embargo, el primer libro sobre rocas arcillosas, el "Geologie des Argils" (Geología de las Arcillas) de Millot, no se publicó hasta 1964. Por el contrario, los paleontólogos entendieron su importancia a partir del descubrimiento en 1909 del yacimiento fosilífero de los esquistos de Burgess en Canadá; y también han sido objeto de estudios científicos por parte de ingenieros y de geólogos debido a su relación con los yacimientos de petróleo. La literatura sobre este tipo de roca omnipresente ha aumentado en los últimos años, y los continuos avances tecnológicos han permitido disponer de mejores análisis cada vez.

  1. Boggs, S. (2005). Principles of Sedimentology and Stratigraphy (4th edición). Upper Saddle River, N.J.: Prentice Hall. ISBN 0-13-099696-3. 

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